jueves, 23 de agosto de 2012

De la última venida de Guns and Roses a Chile


Mientras esperaba pacientemente que Axl asomara su nariz y comenzara a entonar las melodías que lo habían hecho la estrella de rock más codiciada del glam rock a principios de los noventa, me preguntaba cómo la fanaticada era tan incondicional de esperar tanto por ver a un artista.
Guns and Roses se suponía saldría a las 23 hrs, pero los teloneros Dion entre rechiflas se encontraban tocando a esa hora, lo que hacía suponer que la espera sería larga y tediosa.
Tipo 1 AM el Movistar Arena se venía abajo entre tanta pifiadera sumados a los típicos rumos de que el concierto se suspendía porque el bueno de Axl estaba borracho. Ese rumor en particular me saco una sonrisa de felicidad. Felicidad ingenua a decir verdad, ya que me transportó a los noventa cuando el señor Rose sí tenía el derecho a hacerlo ya que sus discos se vendían como pan caliente y la banda tenía una actitud que conquistaba hasta al más duro.

Finalmente cerca de la 1.15 AM se apagan las luces y comienza la fiesta. Chinese Democracy es la encargada de abrir la tercera visita de los Guns a Chile, seguida de una debilucha Welcome to the jungla.
Así, fueron avanzando los mejores hits del Apetite of destruction y Use your illusion entrelazados de los menos conocidos temas del último disco.

La intensa Its so easy, pegada a Mr. Brownstone levantaron el hard rock  de la madrugada mientras que una impecable Sorry del disco Chinese Democracy, le recordaron a todo el mundo que el ahora robusto Axl no está tan acabado como muchos creen.

Pasada la hora de concierto, Dj Ashba, una de las 3 guitarras de la reformada banda, se para frente al público y con una similitud notable con Slash comienza a introducir a todo el mundo a la emblemática Sweet Child o mine creando la algarabía del respetable.

¿Los solos?
Se turnaban. Más menos como la dinámica que pasa en Iron Maiden, todos solean y todos hacen guitarras rítmicas. Son todos rápidos y rudos pero si tuviera que elegir al mejor es sin duda Bumblefoot quien interpretó una preciosa versión de Dont Cry, haciendo melodía y acordes en las 6 cuerdas, muy al estilo del fingerpicking.

Para finalizar, Paradise City y con un Axl corriendo como antaño junto a unos  guitarristas haciendo los mejores esfuerzos por hacer solos que den el ancho de la canción, mientras la pista se llena de confeti. Terminada la canción Rose tira el micrófono al público causando un altercado de proporciones.

Notable noche de un rockero glamoroso y caprichoso que se niega a dejar de ser un rockstar.

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