lunes, 7 de noviembre de 2016

Pasión de barristas, el riesgo de entradas falsas y un show sorpresa: la aventura de ir a Guns N Roses en Argentina

La aventura partió temprano. A las 7.30, el vuelo 501 Sky se elevaba en la pista del aeropuerto chileno y partía rumbo a Argentina. La misión era simple: presenciar el tercer show que Guns N Roses ofrecería el sábado 5 en Buenos Aires.

Como siempre hay un chileno en alguna parte del mundo, no fui el único. Otros tres connacionales buscaban la misma experiencia: ver a los Guns en el Monumental de River Plate. Pese a haber visto el show antes, las expectativas eran interesantes. Por un lado, Steven Adler, el  baterista de la primera época de la agrupación, tocaría en una canción, lo que le daba un tinte histórico. Por otro, conocer la renombrada pasión de los trasandinos en los conciertos.

Ya en el aeropuerto fuimos alertados de eso. El taxista que nos transportó hasta nuestro hotel fue claro: “¿Tienen entrada para campo? Van a conocer toda la cancha. La gente los va a empujar y mover por todo el lugar. Yo los fui a ver el 93 y salí sin una zapatilla”. Nos abrochamos los cinturones y nos preparamos para la selva.

Por redes sociales, horas antes, logramos enganchar una entrada con algún revendedor. Campo vip fue lo que encontramos, a un precio no menor. Hecha la transacción, comenzaba la espera. 

Pronosticando una deshidratación potente, fuimos a comprar algún líquido al kiosko frente al lugar escogido para pernoctar. Ahí, el dependiente nos inyectó un pequeño temor. “Viniste de Chile a ver a los Guns”, preguntó el joven, al ver nuestra polera con el logo de la banda y la leyenda “Santiago”. “Sí”, le respondí. “Yo fui ayer, sin entrada, y compré una ‘trucha’”, dijo con cara lastimosa. 

Prosiguió: “No pude entrar. Voy hace años a conciertos y nunca me pasó”. Le comenté que había llegado recién y que había comprado en la reventa. Sin piedad sostuvo que “había muchas entradas falsas y que lucían iguales a las originales”. Corrimos al hotel a revisar la entrada. Ya no se podía hacer mucho más. Solo esperar con optimista paciencia.

Luego de un oneroso Ojo de bife y un flan con dulce de leche, partimos al estadio en transporte público. La gran cantidad de gente que asistía en el mismo rumbo facilitaba la ida. En el estadio, los accesos para Campo vip fueron amigables. No así para Campo, donde la fila, según nos señalaron asistentes a ese lugar del recinto, superó las 2 horas de espera.

Antes de las 20.00, la banda argentina Airbag es la encargada de abrir los fuegos en la calurosa Buenos Aires. La recepción de la gente es buena. La agrupación lo hace bien. Finaliza su presentación y comienza la espera. Una larga, considerando que Axl viene amigándose con la puntualidad en esta gira. El calor no da tregua. Cercano a nuestro lugar, comienzan los gritos pidiendo médico. En otra, a nuestro lado, una chica tiene que ser evacuada por no sentirse bien. No cabe un alfiler. Varios comienzan a salir de los puestos delanteros, presagiando que la espera será larga. 

Cerca de las 21.35, It's So Easy arremete sin piedad. El calor ya no existe. La algarabía hace reverencia al nombre del estadio. Saltos, empujones y canto desgarrado. Los coros del público son tan altos que chocan con las guitarras de la banda. La gente corea las melodías, en un gesto muy propio de nuestros vecinos. Se contagia. Es una barra apasionada en un partido de fútbol.
Así todo el show. Mr. Brownstone, Welcome to the Jungle, Live and Let Die,You Could Be Mine, son una ruda fiesta.

Axl Rose, Slash y Duff McKagan se muestran imponentes. El otrora controvertido cantante, como siempre en este último tiempo, parece un vaquero del sur de Estados Unidos. El emblema de las seis cuerdas, con su histórico sombrero, lleva una polera con una cariñosa reseña: “Buenos fucking Aires”. Por su parte, el rubio bajista homenajeó a Lemmy en su camiseta.

Dizzy Reed, en los teclados principales; Richard Fortus, en la segunda guitarra; Frank Ferrer, en la batería y Melissa Reese, en sintetizadores, coros y  pistas, cumplen a cabalidad. Todos son ovacionados. Reed, probablemente, se lleva los mayores elogios.

Las baladas, como This I Love, bajan la intensidad de los brincos, pero no de los cantos. La banda se ve muy inspirada. Parecen cómodos en Argentina. Axl se lanza con todo y luce buena voz. Mejor que en Chile. Los temas del Chinese Democracy son mayormente ovacionados que lo que pasó en nuestra tierra.

Como era pronosticado, Steven Adler aparece en escena con la camiseta de la selección argentina. El estadio se viene abajo. My Michelle es ejecutada por el blondo baterista con solidez y evoca nostalgia de la primera época de la banda.

Nightrain es uno de los combos finales. Muchos buscan llegar más adelante, arremetiendo con todo a su paso. Axl, al igual que en nuestro país, pide que den un paso atrás. Lo hace en dos oportunidades.
Patience cae con sutileza y se transforma en un punto alto de la noche. La guitarra de Slash bordea lo magistral. El estadio lo reconoce.

Paradice City es siempre fiesta. Un himno. La gente gasta la última cuota de energía. Explosión total. El solo de Slash es potente. El hombre de la melena lanuda se lleva la guitarra atrás de su cabeza y comienza a disparar. El abundante fuego de artificio ilumina todo Buenos Aires. Hay lágrimas en algunos asistentes. "Olé, olé, olé, yo cada día te quiero más. Oh, Guns N Roses, es un sentimiento, no puedo parar", cantaba la barra. Misión cumplida.  Qué show.

Sorpresiva aparición


Luego de una larga caminata del estadio hasta nuestro hotel, acudimos a conocer la noche bonaerense. El Roxy fue el escogido casi por casualidad. Luego de pagar la entrada, la cajera nos dice que está tocando “una banda”. Para mi sorpresa , Steven Adler estaba en el escenario tocando canciones de Guns N’ Roses con una banda local. El recinto, repleto, era otra fiesta gunner. Back off bitch, You Could Be Mine y Mr. Brownstone, fueron algunas de las escogidas. Finalizado el show, el rubio salió raudo por una puerta trasera. En medio de cantos con su nombre,  se subió a un auto. Un cierre magistral para una aventura necesaria.

1 comentario:

  1. Muy buena nota y tu experiencia. .los argentinos son pura pasión, GUNS N ROSES MI VIDA!!..Espero que mis datos fueran parte de tu aventura. ..

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